La sociedad se ha dividido definitivamente. Pasadas menos de 48 horas desde la presentación del Apple iPad, el mundo ha entrado en conflicto a causa del apoyo incondicional de unos, y el rechazo frontal de otros a la última creación de Steve Jobs y su equipo, el tablet iPad.
Los bandos, aparentemente irreconciliables, han comenzado las hostilidades en diversos frentes aún cuando realmente sólo… unas decenas de afortunados pueden opinar de primera mano sobre las bondades y defectos del iPad, un dispositivo tan exclusivo como prescindible.
Los pro iPad defienden la “mágia” del gadget así como sus múltiples posibilidades. Los millones de fanboys destacan sus puntos fuertes y hacen interminables listas de utilidades. Algunos hablan de la excepcional calidad de la pantalla, otros que sirve como eBook, netbook, videoconsola y cafetera todo en uno. Hay hasta quien lo utilizará como bandejita para los canapés.
Por su parte los anti iPad aducen que no sirve para nada en concreto y que no sustituye a ningún dispositivo conocido, por lo que carece de interés. La lista de carencias es interminable: no es multitarea, le falta webcam, parece incómodo, no combina con faldas escocesas y así la lista de elementos en contra sigue creciendo.
Mientras, los fabricantes de netbooks y eBooks miran de reojo el panorama y dudan si lanzarse a la fiebre tablet o no. De momento el parte de guerra es que el iPad es un gadget sin ninguna prestación que lo convierta en imprescindible, pero con todas las posibilidades para ser un dispositivo exclusivo. Y tú ¿de qué bando eres?